
Me vendastes los ojos para pedirme opinión, una lección culinaria querías ofrecerme. Abre bien la boca, cuando te diga que chupes chupas y cuando te diga que muerdas, muerdes.
Me sentastes en una silla pequeña, lo único que tenía puesto era la venda en mis ojos y mis medias de liga negras. No podía tocar lo que me ofrecías esa eran las reglas del juego y no estaba mal.
aunque sabia que solo iba a chupar o morder, el sentirme desnuda sentada en esa silla de madera, me hacia sentir vulnerable y esa sensación me ponía muy cachonda, aún sabiendo que solo mi sentido del gusto y mi lengua lo iban a disfrutar
Abre la boca y chupa me dijistes. Mi desconfianza hizo que chupara tímidamente...era un polo de limón muy frío, estaba derritiéndose y parte del polo se me cayó en los pechos, pero tu lo solucionaste rápido dándome calor con tu boca...
Abre la boca y muerde. Abrí la boca y sentí un bizcocho muy suave cubierto de chocolate... era delicioso. ¿Qué es? un dulce de chocolate te dije mientras rozaba mi lengua con mis labios para limpiarme. Muy bien, te has ganado una copita de sidra, abre la boca. Me incliné y abrí la boca y sentí como la sidra caía en mi boca y fuera de ella llenando mi cuerpo por todas partes.
Abre la boca bien grande y saca la lengua y chupa...era una golosina, podía sentir su azúcar y cuando quise metérmela en mi boca me agarraste la cabeza y me metiste de golpe todo tu pene. mueve tu lengua por todas partes me dijistes mientras me movías la cabeza...y yo chupaba y saboreaba, ese dulce sabor que solo tu puedes darme.
Chupaba, lamía y mordisqueaba suavemente, hasta que mi boca se lleno de ti...era espeso, con un toque picante pero a la vez dulce. Tu dulce sabor...
Besos...
Inocencia Prohibida